El director de IB3 presta su último servicio a Armengol, se aferra al cargo y se niega a dimitir

El director general de la radiotelevisión pública balear IB3, Andreu Manresa, presta su último servicio a la ex presidenta socialista del Govern, Francina Armengol, que en 2015 lo nombró junto a sus socios separatistas de Més y Podemos y lo renovó en 2022 por otros seis años más, se aferra al cargo y se niega a dimitir.

Así lo ha comunicado ya Manresa al nuevo Ejecutivo del PP presidido por Marga Prohens, que recientemente lo sondeó para conocer sus intenciones ya que, lógicamente, no contaba con él y no puede ser cesado, según la legislación vigente.

Lejos de buscar un pacto que le permita una salida digna después de ocho años al frente de la radiotelevisión autonómica y tras una dilatada trayectoria profesional, Manresa ha optado a sus 67 años por enrocarse y ha comunicado al Govern que no piensa dimitir.

Con esta negativa, Manresa convierte su salida de IB3 en la primera batalla política entre el nuevo Govern y los partidos de la oposición, PSOE, Més y Podemos, con cuyos votos fue nombrado y renovado para el cargo.

Pero más allá del conflicto político que provocará, su decisión de no moverse del sillón no ayuda en nada ni a la gestión del día a día, ni al desarrollo de los proyectos de futuro que tendrá que materializar la nueva dirección de IB3. Sin ir más lejos, un proceso de internalización del personal totalmente paralizado, situación que está provocando una notable tensión entre los sindicatos y la dirección de un ente que nadie ya reconoce.

La baza que podría jugar el PP es una modificación de la ley para hacer como en Andalucía y la Comunidad de Madrid y que el mandato del director general de la televisión autonómica acabe con la legislatura, cosa que sería lo lógico, ya que es un cargo de confianza del gobierno de turno.

Hay que recordar que el artículo 15 de la Ley 15/2010, de 22 de diciembre, del Ente Público de Radiotelevisión de las Illes Balears, prevé que el Parlamento designará a la persona que debe ocupar el cargo de director o directora general de IB3 y del Consejo de Dirección por mayoría de las tres quintas partes de los miembros de la cámara, cosa que PP y Vox, con 34 de 59 diputados, no tienen.

No obstante, si esa mayoría no se consigue en la primera votación, se procederá a una segunda, en la que la mayoría absoluta será suficiente para la elección.

Pero para que esa votación parlamentaria tenga lugar, antes tiene que dimitir Manresa, cuya negativa a abandonar el cargo también está generando un notable malestar en el sector audiovisual, que ve con preocupación el enfrentamiento político que se avecina y las consecuencias que podría tener para el ente público de cara al desarrollo de producciones y proyectos.

En este último año el director de IB3 parece haber perdido el rumbo, protagonizando sonados escándalos, siempre al servicio del PSOE de Francina Armengol.

Sin ir más lejos, en la pasada campaña electoral para los comicios autonómicos de mayo, cuando se negó a cumplir el acuerdo alcanzado por todos los partidos para sortear las intervenciones del debate en el canal autonómico porque no favorecía al PSOE y la Junta Electoral le obligó a rectificar; o cuando en febrero pasado vetó la entrada en las instalaciones de la emisora autonómica a los medios de comunicación que habían acudido a un acto convocado por Armengol para celebrar la conversión en trabajadores públicos de 315 empleados del ente.

Unos asalariados, que el pasado mes de julio y a través del comité de empresa, hacían público un comunicado en el que cargaban contra el atrincherado director de IB3, acusándolo de «haberse desentendido de su internalización» y denunciando que «a pesar de que Manresa no está en funciones, lo parece».